I
En los montes de Tian vive una dama
blanca como las flores del cerezo,
que puede caminar sobre las aguas
cuando llega el invierno.
Junto al río, sentado en las raíces
del árbol de los sueños, hay un hombre,
un poeta que escribe sentimientos
de amor en unos versos.
II
El camino que lleva hasta los montes
desde el río, es el mismo que el poeta
puede ver en sus sueños, y que a Tian
lo llevó tantas veces.
La mujer de piel blanca lo ha esperado
al final de esa senda, sin llegar
a encontrarse. La llamada, no obstante,
se escuchó en la vereda.
III
Hay círculos de lluvia en el estanque
de los lotos, señales de amor limpio.
El color de los montes cambia cuando
se van viendo más cerca.
A lo lejos le muestra su silueta,
en el ancho final la dama blanca,
pero una vez la alcanza ya no puede
verla, se desvanece.
IV
Los ojos del poeta sólo juncos
vislumbran. Es la muerte que en sus versos
presentía, el amor reconvertido,
la extinción del deseo.
Las montañas de Tian son las montañas
del alma que la dama simboliza,
y en el fin de su búsqueda de vida
el poeta trasciende.
Autor: Ángel Luis Romo.
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